miércoles, 8 de enero de 2014

"Pseudomoda" o cómo nos comen la cabeza


Recuerdo el año pasado en una clase de economía que mi profesora puso como ejemplo de lo que pasaría si un comercio se pusiese a vender pantalones de cuadros. El resultado era que habría escasa demanda y que perdería dinero. Este invierno aquel ejemplo no habría tenido ningún sentido. La profesora nombró los pantalones a cuadros diciendo que era algo que no se vería en tiendas, puesto que eran horribles, y casualmente en la última temporada otoño-invierno precisamente esta prenda inundó los escaparates, tanto en forma de leggin como en formato pantalón de pijama. ¿Eso que significa?¿Que mi profesora no tiene ni idea de moda? Para nada, lo único que nadie podría imaginar que en cuestión de meses veríamos este panorama. Y esque tanto los pantalones de cuadros, a rayas, las mechas californianas, las deportivas con cuña o las creepers (esas zapatillas con pinta de ser ortopédicas), forman parte de las "prototendencias" o "pseudomodas" como yo las llamo.
Está claro que hay gente a quien siempre le gustó el tartán por su toque tan british o  punk, igual que las creepers, pero pensad en hace un par de años, ¿acaso no salia en las revistas el descuido personal de algunas celebrities porque se les veía un buen trozo de la raíz del tinte?¿o no pensábais que ir enseñando tripa a todas horas era demasiado.. fresco? Seguro que sabéis que más de una se ha puesto una camiseta de los Rolling Stones pensando que la lengua sacada era un símbolo cualquiera de los que se ponen de moda, o una sudadera de Nirvana pensando que es una marca nueva. A esto es a lo que me refiero cuando llamo "pseudomodas" a que niñas que todavía ven Disney Channel lleven una chupa de cuero y una camiseta de los Beatles (mis amados Beatles). A que ya no se puede diferenciar quien dejó de ir al tinte o quien se tinta más que nunca para poder aclararse las puntas o subirse las californianas, o peor, ponerse mechas de colores solo porque lo llevaba la famosa pop del momento. 
Todo esto no hace más que reflejar lo volubles que podemos ser a veces y lo mucho que nos dejamos influenciar por los demás. Os invito a reflexionar si lo que lleváis os gusta de verdad, o si os arrepentiréis en unos años por haberlo llevado. Después de todo la moda nos define en gran parte, nuestros gustos, quien somos o quien queremos ser, y no creo que las personas cambien de carácter y de gustos cada vez que cambian los escaparates.

P.D.: Tened cuidado y agarráos que la próxima temporada vienen pisando fuerte las sandalias y los tacones con calcetines.


 ¿Taylor Swift punk? ¿En serio?



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